A veces no es necesario escuchar las cosas, tampoco entenderlas. A veces con una simple mirada se saben las cosas, y no hay nada más que hacer. Es entonces cuando se dice "no es necesario volver a tocar el tema"... Se dice que no es necesario pero se sabe que sí lo es, y de todas formas no se quiere hacer, porque llueve - y no necesariamente gotas de lluvia -. Dicen que las miradas siempre juegan a las escondidas: uno se esconde, el otro persigue; los ojos que se esconden pueden ser por muchas cosas, pero siempre la sonrisa en los labios delata.
[...] entonces miró fijamente esos ojos oscuros, brillantes. Se escondían y volvían, y se escondían de nuevo, pero algo andaba mal... Los ojos decían algo que al principio no entendía, pero no demoró ni siquiera un minuto en sentir la flecha contra su pecho... flecha de muerte, al ver que no quedaban ni rastos de la sonrisa que algún día existió.