10 feb 2008

Cuento de Hadas (:



Iba a comenzar escribiendo "había una vez", pero es muy típico... y no le pega a esto. ¿Por qué? Porque esta es una historia que... bueno, filo, no es necesario comentar. [...]




Llevaba mucho tiempo caminando. Parecía juego de azar... avanza un espacio, retrocede dos, vuelve a la partida, etc. Ya había recorrido un largo camino, pero aún le faltaba mucho más. ¿Dónde estaba el dado? Nadie lo sabía... tampoco se sabía si existía alguien que lo lanzara, ni mucho menos si había contrincante. Pero aún así todo era un juego, bastante real... incluso, algunas veces era increíble y crudamente real...

Podríamos decir que era la partida más larga que se había visto hasta entonces; apenas se conocía el principio, y no se le veía final próximo. Años jugando a lo mismo, si... y también años tratando de saber el nombre del maldito juego. Como en cualquier aventura, había un camino. A la orilla del camino había personas, muchas... con distintas historias, distintas partidas, distintos juegos. Algunos más parecidos que otros, algunos completamente opuestos. Algunos se acercaron a ella, y ella se acercó a ellos. Forjó lazos muy fuertes que, quién sabe, podrían llegar hasta muchas jugadas más. Aunque, como no todo sale siempre como lo queremos, algunos se rompieron fácilmente. Pero ella siguió avanzando, siempre... aunque no lo sentía/quería.

De a poco se fue dando cuenta de muchas cosas, podemos decir que adquirió técnicas para hacer de su camino un juego un poco más placentero. Aunque la práctica hace al maestro, por lo tanto las primeras veces no le funcionó mucho. Seguía moviéndose el reloj y el dado imaginario al parecer se volvía cada vez más caprichoso. Minutos, minutos, seguían avanzando, algunas veces más rápido, otras más lento de lo normal, al menos a los ojos de ella. No era exactamente un camino amarillo, por lo que no se sabía si al final encontraría a un mago capas de cumplir cualquier deseo, pero al menos podía creer y tener esperanza de encontrar algo un poco parecido.

Un día calló... se raspó la rodilla. Encontraba gente que la ayudara a levantarse, pero nadie que le diera un parche para sanar su herida. Un hada calló también, nadie supo de dónde, pero calló. La magia del dado la había enviado hasta ese punto, y el destino quiso que se encontrara con ella. Se pusieron a hablar, rieron y hasta pudieron ser un poquito más felices. Invitó a la niña a un lugar simplemente hermoso... allá había arcoiris, magos, una que otra bruja, princesas y castillos de cartón. Allá el sol era de papel ultra resistente, y las nubes no lo tapaban, sólo le hacían compañía. Aunque allá no era todo color de rosa, pero tenía matices, y se era un poco más feliz que en el maldito juego (cuyo nombre aún nadie encuentra). La niña decía que quería olvidar, quería sanar... no quería caerse de nuevo, ni tampoco que le quitaran algo. Pero aún así quería ser feliz, así que creyó y aceptó la invitación. Trató de volar y se dio cuenta de que tenía alas... ella era un ángel (cosa que el maldito juego jamás le había permitido ver). Voló... voló lejos en compañía del hada, fueron al lugar donde en todas partes crecían girasoles, y los rayos del sol se podían tocar fácilmente con el viento. Parecía ser un lugar bien tranquilo, perfecto para sanar. Salió del maldito juego para entrar en un cuento de hadas... por una tarde, un día, o el tiempo que fuera necesario...



2 comentarios:

  1. u.u
    gracias por escribir lo que mas deseo.

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  2. creo que aveces uno se aburre del juego o no?

    aveces no es un simple raspón de rodilla, si no que va mas alla. de esas heridas "crónicas" que duelen tanto, y que necesitan mas que una curita u.u

    las piernas me pesan elieen...
    y aveces cuesta tanto levantarse.

    yo creo que nunca e podido.

    pero de verdad siento que ya tengo mi cuento de hadas :)



    te quiero (K)
    DEMACIADO!

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Desembuche.